sábado, 3 de agosto de 2013

Polo de queso de cabra bañado en chocolate blanco

Estas vacaciones hemos estado en Huesca y en uno de los sitios donde cenamos, pedí estos Polos de queso de cabra bañados en chocolate blanco. Me encantaron... sí, encantaron, porque me pedí 2, y es que uno me supo a poco. Mi objetivo al volver a casa era prepararlos yo, y este es mi primer intento.
El sabor que he conseguido ha sido muy suave, tanto que apenas se aprecia el queso, así que para la próxima pondré menos nata y más queso, os iré contando el progreso, aunque vosotros podéis adaptarlo a vuestro gusto también.
Estos han sido mis
Ingredientes: (me han salido 6 polos y ha sobrado por lo menos para otros 2)
200 gr de nata para montar (mínimo 35,1% de materia grasa)
1 tableta de 250 gr de chocolate blanco (yo usé el de postres de Nestlé que funde genial)
200 gr de leche
2 yemas de huevo
120 gr de azúcar
30 gr de azúcar invertida o miel
1 pizca de sal
200 gr de queso de cabra (yo compré un rulo de 200 gr aunque al quitarle la piel queda menos)
6 (o más) moldes de polo. Los míos son de los chinos.
Preparación
Empezamos derritiendo el chocolate. Lo troceamos, lo ponemos en un recipiente apto y al microondas a 500 w durante 40 segundos. Con este calor es más que suficiente, aunque salga así...
en cuanto lo aplastamos con el tenedor y removemos bien, ya queda perfecto.
Ahora tomamos los moldes, bien limpios y le vamos echando chocolate derretido con ayuda de una cuchara larga.
aunque vaya quedando irregular, no os preocupéis, luego lo agitamos sujetando con las palmas de las dos manos y girándolo rápidamente. Primero boca arriba y luego boca abajo (ojo, boca abajo, sobre un molde para recoger el chocolate que cae). Quedará así.
a medida que vamos terminando con cada molde, lo vamos poniendo en el congelador.
En este punto, podríamos haberle espolvoreado con almendra crocante por dentro, las próxima vez lo probaré.
Mientras vamos rellenando moldes, montamos la nata a punto de nieve. La nata bien fría al vaso, con la mariposa puesta, a velocidad 3,5 y vigilando el sonido. a mí se me pasó un poco, estaba demasiado dura ya, casi se estaba haciendo mantequilla. Para esta receta no importa, pero vigilad que no os pase.
metemos la nata en la nevera y seguimos con la preparación. Sin lavar el vaso, ponemos la leche, las yemas, el azúcar y la pizca de sal y programamos 7 minutos a 80º v1 1/2.
Mientras, pelamos el queso.
Pasado el tiempo, programamos v3 sin temperatura durante 3 minutos y vamos echando el queso a trozos.
Lo echamos todo en los primeros 30 segundos y luego dejamos los 2,5 minutos restantes para que se mezcle bien. Ahora hay que dejar enfriar esta mezcla.
Yo como tenía prisa, lo puse en un recipiente sobre un bol lleno de agua con hielo, y fui removiendo hasta que se enfrió.
Mientras tanto, lavé el vaso y también lo enfrié. Bien seco, lo vuelvo a poner en su sitio y añado la mezcla ya fría, poniéndole la mariposa.
Ahora programamos velocidad cuchara sin tiempo y vamos echando poco a poco la nata por el bocal.
al final dejamos en total unos 5 minutos para que mezcle bien. Cuando paremos la máquina debe estar la mezcla bien integrada, si no lo está, lo dejamos un poco más.
Pasamos la mezcla a una jarra.
Preparamos los moldes. Yo tenía unos palos muy infantiles, así que los quité.
y utilicé unos palos que tengo para hacer piruletas. Usé la tapa original de los moldes para centrar el palo y que no se moviera, pero como tenía holgura, le puse un poco de papel aluminio.
ya tenemos listas todas las tapas de los moldes con sus palos.
Sacamos los moldes del congelador y los ponemos en un recipiente para que no se muevan.
vertemos la mezcla del helado de queso de cabra,
 hasta el borde.
ahora ponemos las tapas, centrando bien los palos.
y rápido al congelador. Lo dejamos unas 12 horas y estarán listos para desmoldar.
llenamos de agua caliente una jarra donde quepa entero el polo. Sumergimos sujetando por el palo, hasta el mismo borde.
al hacer esto, oiréis un "clac" y es que por el choque térmico, el chocolate se separa del molde. Nos quedará por separar el borde, con la punta de un cuchillo afilado, y dándole calor con nuestras manos por todo el borde, sujetando por el palo, tiramos suavemente hasta que salga. Si veis que no se desprende bien, dadle más calor.
En este momento, lo normal es desmoldar todos y ponerlos en un base para que se sujeten de pie y otra vez al congelador, porque con el calor que le hemos dado, el interior se habrá derretido un poco. Yo no he podido esperar y me lo he comido así...
Estaba buenísimo!!! espero que os guste tanto como a mí.

NOTA. En el restaurante donde los comí, los servían en una base de madera barnizada con unos agujeros. Esto lo podemos hacer en casa con un poco de "brico-manía", si os animáis me lo contáis.





1 comentario:

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