Esta receta es muy sencilla de hacer y el resultado es muy vistoso y está buenísimo. Eso sí, hay que tener paciencia porque tenemos que dejarlo enfriando unas cuántas horas para que tenga la consistencia que buscamos. Si a vuestros peques no les gusta el chocolate negro, usad con leche o blanco, o variaciones de estos.
Ingredientes
200 gr de chocolate de fundir
100 gr de mantequilla
2 yemas de huevo
azúcar glas para decoración
Para el relleno
80 gr de galletas a vuestro gusto. Podéis usar la mitad de bizcochos y la mitad de galletas. Este es el único ingrediente que puede llegar gluten, así que si usamos galletas sin gluten, ya tenemos un dulce apto para celiacos.
40 gr de frutos secos, podéis usar almendras, pistachos, avellanas, piñones o lo que más os guste.
Preparación
Fundimos el chocolate con la mantequilla al baño maría o bien en el microondas en un recipiente apto. Antes de que esté derretido del todo, lo retiramos y movemos bien para que se termine de fundir y quede una mezcla líquida y sin trozos. Dejamos enfriar mientras preparamos el relleno.
Partimos las galletas en cuadraditos de 1 cm de grosor. Pelamos y troceamos en mitades (no más pequeño) los frutos secos. Mezclamos con las galletas troceadas.
Cuando la mezcla de chocolate esté tibia, añadimos las dos yemas de huevo y batimos bien para que se mezcle bien todo. Después echamos las galletas y frutos secos y removemos bien. No os preocupéis si caen las migas, que también valen.
Cortamos un trozo de papel aluminio de unos 40 cms de largo y ponemos encima otro trozo de papel film del mismo tamaño. Vertemos la mezcla sobre el papel film y enrollamos bien para que quede cerrado, con cuidado que no se nos salga por los extremos. Le damos forma de cilindro, girando los extremos bien firmes con el papel aluminio para que tengan la forma de un salchichón. Metemos a enfriar a la nevera durante al menos 3 horas. Lo ideal es dejarlo toda la noche. Cuando lleve 1 hora enfriando, lo sacamos y apoyándonos en un paño, lo giramos bien para que se redondee, ya que al meterlo en la nevera aún estaba líquido y se habrá aplanado por el lado en el que estaba apoyado.
Cuando hayan pasado las horas lo sacamos de la nevera y quitamos el envoltorio. Echamos el azúcar glas sobre una fuente alargada y hacemos girar el salchichón sobre ella para que se quede blanquecino por fuera. Y ya está listo. A cortarlo en rodajas para comer.
Como veis, más fácil imposible, y el sabor es buenísimo!!! Yo lo he guardado ya troceado en una caja de galletas metálica, para no tener que andar cortándolo cada vez.
NOTA: Receta adaptada de una vista en PequeRecetas.
¿Tenemos telepatía? Porque tengo esta receta desde una semana en casa, con los ingredientes preparados a ver si tengo un ratillo un día.
ResponderEliminarPues anímate, Mónica, que sale espectacular!!!
ResponderEliminar¡Qué original!
ResponderEliminarNunca lo había visto!!
Tiene una pintorra...!
Bss,
Inma
Está genial!! y seguro que a los peques les encanta!
ResponderEliminarBesitos
Lou
Yo la había visto y es de esas recetas que siempre tengo el la cabeza... y nunca hago! jajaja
ResponderEliminarSi es que tiene una pinta!!