Ingredientes
1 pollo entero limpio.
Utensilios
1 cuchillo pequeño afilado
1 cuchillo grande
1 martillo
Deshuesado
Como digo arriba, lo mejor para mí ha sido ver los videos. Aunque aquí veáis las fotos, en el video se ven mejor las explicaciones. No obstante, no quería dejar de hacer esta entrada para animaros a hacerlo. Si yo he podido, cualquiera puede.
Tenemos el pollo entero y limpio, el típico que te venden para asar.
Lo ponemos sobre la mesa de trabajo, abriéndolo por donde lo han vaciado. Vamos a deshuesarlo dejando la piel entera, así que trabajaremos desde aquí.
Con el cuchillo pequeño, vamos tanteando el inicio de la columna. Primero quitamos el pico final y vamos metiendo la punta del cuchillo para ir separando la columna de la carne, con cuidado de no romper la piel.
lo primero con lo que vamos a "chocar" es con la unión del muslo en la cadera. Tenemos que romper esa unión echando el muslo hacia atrás mientras sujetamos bien el pollo, forzando que se separe el hueso (notaremos el clic). Pasamos el cuchillo para separar la carne.
Cogemos el huesecillo que se acaba de separar y lo vamos limpiando con el cuchillo, empujando la carne hacia abajo al rededor del hueso, hasta que lo tengamos limpio.
Ahora tenemos que separar el resto del hueso y para eso vamos a cortar la punta del muslo para poder separar el hueso. Ponemos el cuchillo grande sobre el inicio del muslo y damos un fuerte golpe seco con el martillo. No puedo dar el golpe mientras hago la foto, pero creo que se entiende, ¿verdad?
ahora empujamos el hueso que acabamos de cortar hacia el interior del pollo, y desde dentro, seguimos limpiando la carne a su alrededor. Habrá que cortar cuando nos encontremos con algún tendón que nos impide seguir limpiando. Finalmente conseguimos sacar el hueso entero.
Empujamos la carne hacia dentro para volver a darle la forma al muslo (ya sin hueso) y repetimos la operación con el otro muslo.
Ya una vez sin huesos en los muslos, seguimos separando la carne alrededor de la columna. Aquí nos incordiarán las costillas, que están muy pegadas a la carne, las rodearemos con el cuchillo e iremos separándolas bien.
Damos la vuelta al pollo y empezamos a separar la parte de la pechuga. Ahí tenemos una ternilla blanca, más blanda que un hueso, pero que también hay que quitar. Lo vamos despegando con ayuda del cuchillo, echando la carne hacia los lados.
Tenemos que seguir pasando el cuchillo hasta que lleguemos abajo del todo, donde ya será cuestión de dar un corte para poder sacar la carcasa entera. Ahora tenemos que repasar bien por dentro del pollo para comprobar que no nos haya quedado ningún hueso, alguna costilla flotante que se haya desprendido al tirar o algún otro huesecillo. En la zona de las alas, tenemos el hueso de unión de las alas al cuerpo, lo limpiamos y damos un corte, pero esta vez no deshuesamos, ya que las alas quedan bonitas enteras.
Que trabajazo!
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