Rollitos de hojaldre con jamón y queso

Bueno, y después de tanto dulce, toca una receta salada. Salada y sencilla, porque más fácil es imposible, y con muy pocos ingredientes. Para esta receta he cogido alguna idea de aquí, otra de allá, un poco de mi parte, y ha salido un plato buenísimo y que a los niños les ha encantado, que es lo que importa en mi casa. Os pongo los ingredientes de mi primera versión, la de jamón y queso, pero luego he probado con jamón serrano y podéis imaginar cualquier relleno que os guste.

Ingredientes
1 lámina de hojaldre rectangular (yo he usado el de Mercadona)
4 cucharadas de tomate triturado
jamon de york suficiente para cubrir la lámina
queso en lonchas para cubrir la lámina (yo he usado uno tipo Havarti)
1 huevo para pincelar
orégano para adornar.
Preparación
Estiramos la masa de hojaldre y extendemos el tomate triturado. En esta foto se ve que yo he usado uno natural muy clarito.

Extendemos las láminas de jamón de york para cubrir la superficie. Habría que dejar unos dos dedos por uno de los largos, pero yo lo hice después, al enrollar.

Lo mismo con el queso en lonchas. Espolvoreamos con un poco de orégano.

Enrollamos con cuidado de que no se nos salga el relleno. Como se irá saliendo mientras enrollamos, al final doblamos lo que nos sobre hacia dentro. 

Como sabéis, el hojaldre es una masa que lleva mucha mantequilla, así que cuando llevamos un rato trabajando con ella, se pone muy blanda. Por eso, ahora conviene llevarla un rato a la nevera, para que se endurezca un poco y no se nos desmonte al cortarla. Yo la dejé 1 hora. Pasado este tiempo, encendemos el horno a 200º, preparamos una lámina de papel anti adherente en la bandeja del horno y con un cuchillo de sierra afilado cortamos rodajas de 1 cm de grosor aproximadamente del rodillo. 

Las vamos colocando sobre la bandeja del horno que hemos preparado y cuando terminemos pincelamos con el huevo batido y espolvoreamos con el orégano de nuevo.

Horneamos durante unos 15-20 minutos, a 200º en la bandeja central, calor arriba y abajo. Vigilad que no se quemen pero que tampoco queden crudas, que se vean doraditas.

Y ya están listas para comer. Las pasamos con cuidado a una bandeja y a servir. 

Son un vicio, se comen solos y están riquísimos. Espero que os gusten.